martes, 8 de mayo de 2012

EL SUELO: UNO DE LOS FACTORES MÁS IMPORTANTES PARA LA OBTENCiÓN DE VINOS DE CALIDAD

Cuando hablamos de "terroir" (terruño en nuestro castellano), nos estamos refiriendo a una conjunción de factores de diferente índole que participan en la obtención de un determinado vino. Uno de ellos es el clima. Evidentemente las condiciones pluviométricas, las horas de sol o la temperatura media y gradiente térmico de una zona concreta, son características que determinan las futuras cualidades de las uvas recolectadas. Otro factor son, lógicamente, las vides. Si una zona goza de unas condiciones lumínicas o térmicas determinadas, habrá unas variedades de vides que se adapten mejor que otras y por tanto, ofrezcan unas calidades diferentes. Podemos citar otros factores, por otro lado muy importantes, como son los propios de la actividad humana o viticultura pero que no forman parte del "terroir". Se trata en este caso del conjunto de cuidados que el hombre aporta a la vid para mejorar en la medida de lo posible los resultados finales que se obtendrían de forma natural. Dentro de ese concepto de "terroir" o terruño, queremos hablar brevemente de uno de los factores más olvidados, pero por otro lado, uno de los más importantes y que determina en gran medida los parámetros más importantes del vino. Es el suelo. Entre otras cosas, las características del suelo, proporcionará al vino mayor o menor potencial de envejecimiento. En nuestra zona de cultivo (Gimileo - Rioja Alta), tenemos uno de los suelos más apreciados y cotizados a nivel mundial para el cultivo de la vid y para la obtención de vinos de guarda: es el suelo arcillo-calcáreo.

Perfil del suelo en la parcela Viña Hermosa de Bodegas SANTALBA

El perfil de este tipo de suelo es muy sencillo y consta de una capa inicial de grava con abundante matriz arcillosa. No tiene más de un metro de potencia (espesor) y a continuación comienza a aparecer la roca meteorizada. La meteorización es el efecto de disgregación de la roca por efecto de fenómenos erosivos, que en este caso es el agua y que además, genera un efecto de drenaje tan beneficioso para evitar el encharcamiento. Tras esta roca meteorizada aparece la roca madre, o roca intacta. Esta capa, que ya avanza centenares de metros en profundidad, es la auténtica clave de la calidad de este suelo, ya que las raíces de las vides no se detienen aquí, sino que buscan las fisuras en la roca, las grietas y siguen avanzando a través de la misma. Esto provoca en la vid un crecimiento lento, bajo unas condiciones complicadas que se traducen en una producción de alta calidad. Antes hemos dicho que es un perfil muy sencillo, pero ahí radica su importancia. Más complicado resulta encontrarlo en unión con unas condiciones pluviométricas adecuadas, horas de sol suficientes y gradiente térmico apropiado. Pero todo esto es muy interesante y seguiremos en próximos capítulos.